Descubre por qué los gatos aman esconderse en cajas y espacios pequeños. Un hábito que va más allá de la curiosidad y que está profundamente ligado a su instinto de supervivencia y bienestar emocional.
Por Josefina Hirane
Si tienes un gato, probablemente hayas notado su fascinación por las cajas de cartón, los espacios estrechos o los rincones ocultos de tu hogar. Este comportamiento, que puede parecer curioso o incluso inexplicable, tiene profundas raíces en la naturaleza de los felinos. Para entender mejor este fenómeno, conocido como el “efecto caja”, conversamos con Alicia Rodríguez Flores, médica veterinaria y etóloga clínica, quien nos explicó las razones detrás de este hábito.
Un refugio seguro por naturaleza
Los gatos, aunque son depredadores, también son presas en su entorno natural. Según la experta, “en su naturaleza de presa está esconderse para sentirse seguros y fuera de vista de peligro. Las cajas, repisas en altura o, a veces, un simple espacio entre un mueble y otro cubren esta necesidad natural”. Estos lugares no solo les brindan un escondite para protegerse, sino que también les ayudan a relajarse y a sentirse más tranquilos en su entorno.
Aunque pueda parecer contradictorio, los gatos no siempre buscan estos espacios únicamente cuando sienten peligro. Alicia Rodríguez aclara: “No siempre el gato se esconde por buscar seguridad; su naturaleza se calma en estos espacios. Hay que diferenciar entre un gato que se relaja y muestra un lenguaje corporal calmado en su lugar de escondite, versus un gato que recurre a esconderse solo en momentos de estrés y que continúa estresado en ese espacio”.
Cuando un gato utiliza estos lugares únicamente en situaciones de estrés, podría ser una señal de que algo no está bien en su entorno. En esos casos, es importante observar su comportamiento y considerar ajustes en el ambiente o buscar ayuda profesional.
Edad y personalidad: factores clave
El hábito de esconderse también está influido por la edad y la personalidad del felino. Alicia señala que “los jóvenes tienden a ser más curiosos y recurrir menos a estos espacios, mientras su sentido exploratorio está más activo. Por otro lado, los gatos adultos o senior necesitan estos espacios. Incluso está estudiado que gatos que cuentan con lugares de refugio tienden a tener vidas más saludables”.
Asimismo, los antecedentes del animal pueden influir: “Gatos que vivieron en las calles o se gestaron bajo estrés tienden a ser más ariscos y buscan más de estos espacios, en comparación con gatos criados con una buena socialización en espacios humanos”. Sin embargo, la recomendación general es clara: todo gato, sin importar su edad o personalidad, debe tener cajas y escondites accesibles.
El desafío de las cajas de transporte
Si las cajas suelen ser un refugio para los gatos, ¿por qué las jaulas de transporte tienden a ser su peor pesadilla? La etóloga explica que esto tiene que ver con el aprendizaje por asociación: “Por lo general, los tutores no entrenan el uso de jaulas a sus gatitos desde pequeños y recién lo hacen cuando se ven en la necesidad de ir al veterinario. Entonces, no es que la jaula de por sí los estrese, sino la experiencia asociada a ella: trayecto al veterinario, olores y feromonas de estrés, interacción con el mundo exterior de la nada, y de por sí los manejos veterinarios estresan a los gatos”.
Además, la falta de limpieza y entrenamiento puede intensificar este rechazo. La solución, según la experta, está en asociar la jaula con experiencias positivas desde pequeños, permitiéndoles explorarla y usarla en su rutina diaria.
En definitiva, entender el “efecto caja” en los gatos es clave para mejorar su bienestar. Proveerles espacios donde puedan esconderse y sentirse seguros no solo respeta su naturaleza, sino que también contribuye a una vida más saludable y equilibrada. Así que, la próxima vez que tu gato encuentre refugio en una caja de cartón o detrás del sofá, recuerda que, para él, ese es su pequeño santuario.