¿Sabías que el lamido excesivo en perros podría ser una señal de algo más serio? Desde alergias hasta ansiedad, este comportamiento puede esconder problemas importantes de salud física y emocional. Descubre qué lo provoca, cuándo preocuparte y cómo ayudar a tu peludo a sentirse mejor.
Por Josefina Hirane
Si has notado que tu perro se lame más de lo habitual, podría estar tratando de decirte algo. Aunque el lamido es un comportamiento común en los perros, cuando se vuelve excesivo, puede ser señal de un problema subyacente que no debe ser ignorado. Este hábito puede estar relacionado con causas físicas, emocionales o de salud, y en ocasiones, puede afectar gravemente su calidad de vida. Para entender mejor este comportamiento, conversamos con el Dr. Nahum Amtmann Neiman, director médico de GlobAnimal, quien nos explicó las causas más comunes, las señales de alerta y los posibles tratamientos para este comportamiento compulsivo en los perros.
Causas del lamido excesivo
“El lamido excesivo en perros suele deberse a dolor, prurito o trastornos compulsivos como el estrés crónico o la ansiedad”, comenta el Dr. Amtmann. Existen diversas razones que pueden desencadenar este comportamiento, incluyendo problemas de hipersensibilidad, como dermatitis atópica, alergias o intolerancias alimentarias. La piel irritada por estos factores puede provocar que el perro se lama compulsivamente en un intento de aliviar el malestar. Además, la presencia de ectoparásitos –como pulgas, ácaros, garrapatas y piojos– también puede llevar al perro a lamerse continuamente para intentar deshacerse de estos molestos invasores.
Otras causas incluyen la reacción a cuerpos extraños (espinas o espigas) que se incrustan en su piel, neoplasias (linfoma o mastocitoma), alteraciones hormonales (hipotiroidismo), y problemas traumáticos u ortopédicos, como heridas o el dolor asociado a cirugías o accidentes. Cada una de estas condiciones puede llevar al perro a intentar aliviar el malestar con el lamido, aunque a veces, este alivio momentáneo se convierte en una compulsión difícil de controlar.
¿Cuándo es motivo de preocupación?
Es importante que los tutores estén atentos a cualquier cambio en el comportamiento de su perro. “Cualquier alteración en la rutina, el estado de ánimo o la presencia de signos de enfermedad debe generar preocupación”, señala el Dr. Amtmann. Situaciones como un cambio de domicilio, la llegada de un nuevo miembro a la familia, la integración de otra mascota o un manejo inadecuado del perro (como castigos físicos) pueden desencadenar un lamido excesivo debido al estrés o la ansiedad.
Si bien los perros pueden lamerse de vez en cuando sin que ello sea un problema, cuando este comportamiento se vuelve constante y obsesivo, es necesario prestar atención. Especialmente si notas que tu perro está interfiriendo en su rutina diaria de actividades, como jugar o dormir, para concentrarse en lamer una zona específica de su cuerpo, es momento de buscar ayuda profesional.
Diferencias entre un lamido normal y uno compulsivo
“La diferencia radica en la frecuencia e intensidad del lamido”, explica el Dr. Amtmann. Un perro que se lame con tanta frecuencia que interfiere con su rutina normal y no puede detenerse sin la intervención de su tutor está mostrando signos de un problema más serio. El lamido compulsivo no solo afecta su bienestar emocional, sino que puede provocar daños físicos significativos. En los casos más graves, este comportamiento puede generar cambios mentales permanentes, así como problemas físicos como úlceras, infecciones bacterianas secundarias y automutilaciones.
Tratamientos y recomendaciones
El tratamiento dependerá de la causa subyacente del lamido. “Lo primero es acudir a un veterinario que pueda identificar la causa del problema”, recomienda el Dr. Amtmann. Si el lamido se debe a dolor, se deberá manejar el dolor; si es por ectoparásitos, el perro deberá ser desparasitado; y si se trata de un cambio en la rutina o problemas de estrés, será fundamental ayudar al perro a adaptarse de manera gradual a los nuevos escenarios.
En cualquier caso, el enfoque debe ser integral y personalizado, siempre buscando el bienestar del animal.