En perros y gatos, los desplazamientos y posiciones de la cola son una ventana directa a su mundo emocional. Ya sea un movimiento rápido, amplio o incluso la ausencia de este, son señales que pueden decirnos si nuestra mascota está contenta, nerviosa, molesta o asustada. En esta nota, te ayudamos a decodificar el lenguaje de las colas para que puedas fortalecer tu conexión con tu compañero de cuatro patas.

Todos hemos soñado alguna vez con entender a nuestras mascotas. Algunos les hablamos como si fueran personas, otros aseguran que con una mirada o un gesto pueden decirnos todo lo que sienten. Aunque no podamos hablar el mismo idioma, nuestras mascotas tienen su propio lenguaje, y una de sus principales herramientas de comunicación es la cola.

La cola en los perros: emociones al descubierto

En los perros, la posición y el movimiento de la cola son indicadores esenciales del estado emocional. Según Constanza Stuart, directora ejecutiva del Centro Integral de Comportamiento Animal (Cican), “los movimientos rápidos por lo general expresan diferentes estados según la posición en la que se encuentra la cola. Si el perro tiene la cola baja mientras realiza movimientos rápidos, puede significar que está nervioso o ansioso. Por el contrario, si está alta mientras realiza movimientos rápidos, expresaría seguridad”.

Además, un movimiento amplio de lado a lado suele denotar una intención amistosa, pero esto siempre debe interpretarse en conjunto con otros factores, como la expresión facial y la postura corporal.

Los gatos y su lenguaje de la cola

Aunque los gatos suelen ser más enigmáticos que los perros, también comunican sus emociones a través de la cola. Stuart explica que “una cola baja apuntando hacia el suelo, con la punta moviéndose lentamente, podría indicar molestia o irritación. En cambio, si su cola está pegada al cuerpo o debajo de él, y adopta una postura más pequeña mientras se agazapa y baja la cabeza, podría estar indicando que tiene miedo”.

Por otro lado, un gato que saluda con una cola erguida expresa confianza y comodidad, una señal positiva que los amantes de los felinos reconocerán fácilmente.

El contexto importa: señales adicionales a considerar

Para interpretar correctamente el mensaje de nuestras mascotas, la cola no es el único factor a considerar. Stuart señala que “las formas más importantes de comunicación en el perro implican las expresiones faciales y las posturas corporales, además de las vocalizaciones como ladridos, gemidos o gimoteos. Siempre debemos evaluar el contexto en el que se producen”

Esto también aplica a los gatos. Un maullido, la posición de las orejas o el arqueo del lomo son señales que, combinadas con el lenguaje de la cola, nos ayudan a comprender su estado emocional con mayor precisión.

Amistoso o estresado: diferenciando los movimientos

Finalmente, aprender a distinguir entre un movimiento amistoso y uno que podría indicar estrés o miedo es fundamental para entender mejor a nuestras mascotas. En los perros, un movimiento rápido con la cola hacia abajo suele indicar estrés o nerviosismo, mientras que una cola con movimientos amplios y relajados sugiere una intención amistosa. En los gatos, la cola erguida es señal de saludo, pero si está pegada al cuerpo, podría ser un indicativo de miedo.

El lenguaje de las colas es solo una parte del complejo mundo de la comunicación animal. Observar atentamente a nuestras mascotas, considerar el contexto y prestar atención a las señales adicionales puede ayudarnos a estrechar aún más nuestro vínculo con ellos.