Las puertas cerradas pueden ser una fuente de ansiedad para muchos gatos debido a su necesidad de controlar su entorno y mantener una rutina estable. En esta nota, exploramos las razones detrás de este comportamiento y compartimos consejos prácticos del etólogo felino Gaspar Romo para ayudar a tu gato a lidiar con este desafío sin estrés.

Si convives con un gato, es probable que alguna vez te hayas encontrado con una escena típica: el felino maúlla insistentemente, araña la puerta o incluso intenta empujarla con su cuerpo. Todo esto sucede simplemente porque la puerta está cerrada. Este comportamiento, aunque puede parecer caprichoso, tiene razones muy específicas relacionadas con la psicología y el comportamiento del animal. Recientemente, la revista Live Science visibilizó este tema y los especialistas a los que consultaron afirmaron que esta conducta  se relaciona con la curiosidad propia de los gatos, y el estrés se genera por no saber qué pasa detrás de la puerta. Es decir, ellos también sufren FOMO (fear of missing out). Este concepto ha ganado popularidad en los últimos años debido al auge de las redes sociales, donde las personas publican sobre fiestas, viajes o éxitos personales. Esto puede hacer que otros sientan que están perdiendo oportunidades importantes, lo que genera una sensación de exclusión, sumado a la presión por estar siempre al tanto de lo que sucede y la ansiedad por no “quedarse fuera”. ¡Lo mismo les pasa a los gatos cuando ven una puerta cerrada! 

La curiosidad innata y el control del entorno

Los gatos son animales extremadamente curiosos y territoriales. La necesidad de saber qué sucede detrás de una puerta cerrada se debe a su instinto natural de control y vigilancia. Para ellos, no es solo una cuestión de acceder a una habitación, sino de mantener un sentido de control sobre su entorno.

En una entrevista con el etólogo felino Gaspar Romo, profundizamos en este tema. Según él, los gatos que se estresan con las puertas cerradas suelen ser aquellos acostumbrados a moverse libremente por toda la casa. “Estos gatos desarrollan una rutina específica que incluye el acceso a todas las habitaciones. Cuando se les restringe este movimiento, pueden sentir que su territorio está amenazado o que han perdido parte de su libertad”, comenta Romo.

¿Por qué los cambios les afectan tanto?

Los gatos odian enfrentarse a situaciones donde pierden el control o cuando se producen cambios inesperados en su entorno. A diferencia de otros animales, los gatos son más sensibles a las alteraciones en su entorno y rutina.

Romo también señala que cualquier cambio en el entorno puede convertirse en una fuente de estrés para los gatos. “La mayoría de los gatos no se adaptan bien a los cambios; tienden a estresarse con cualquier alteración en su ambiente. Por eso, cuando un gato está acostumbrado a tener acceso libre por la casa y se le cierra una puerta de manera repentina, lo interpreta como un cambio brusco en su rutina”, agrega.

¿Cómo ayudar a un gato a lidiar con las puertas cerradas?

Si bien la reacción de los gatos ante las puertas cerradas es natural, hay formas de ayudarles a lidiar con esta situación sin que se sientan ansiosos o estresados. El etólogo sugiere la importancia de un entrenamiento gradual. “Lo ideal sería acostumbrarlos desde pequeños a tener las puertas cerradas por ciertos períodos del día, de manera que no lo vean como algo negativo”, dice.

Aquí algunos consejos prácticos para reducir el estrés de tu gato frente a las puertas cerradas:

  • Coherencia en las reglas: Si decides que tu gato no debe acceder a ciertas habitaciones, mantén esta regla de manera constante. Los cambios inconsistentes pueden aumentar su estrés.
  • Acostumbramiento gradual: Si tienes un gato joven, empieza a cerrar puertas por períodos cortos de tiempo. Luego, aumenta el tiempo lentamente hasta que el gato se sienta cómodo con la situación.
  • Asociación positiva: Cierra la puerta y, al mismo tiempo, deja fuera de su alcance un pequeño premio o un juguete interactivo. Así, el gato asociará la puerta cerrada con algo positivo.
  • Entretenimiento alternativo: Proporciónale juguetes, zonas para trepar y ventanas con vistas para que tenga otras actividades que mantengan su mente ocupada.

¿Qué no hacer?

Nunca ignores los signos de estrés de un gato, como maullidos excesivos, intentos de forzar la puerta o comportamientos agresivos. Ante cualquier duda, consulta con un veterinario especializado en comportamiento felino.

Comprender para convivir

Los gatos son criaturas territoriales y curiosas que valoran altamente tanto su necesidad de control como su interacción con los humanos. Por eso, enfrentarse a una puerta cerrada puede representar una barrera significativa a sus instintos naturales y a su bienestar emocional. Comprender estas conductas y actuar de manera proactiva puede hacer una gran diferencia en la calidad de vida de tu gato y en la armonía del hogar.